domingo, 21 de febrero de 2010

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¿Dónde está?
¡Era la exhalación,
la gracia de no acentuar por estar cansada!,
¿Dónde?


(Poema para leer con hombros encogidos, la frente arrugada y el labio inferior sobresaliendo, como comiéndose al superior, no existen muchas veces en la que el inferior se coma al superior...en ésto si)


JTown

EL CENTRO DE LA TAPIA

"Al final nos descubrimos al mirar por encima de la tapia...
(...) - ¡Pasa a la mía! - te respondí "
" El centro vagabundea porque no es tiempo para el centro.
El tiempo se volvió tiempo y olvidó, olvidó, olvidó "




Cojo prestad
a la invectiva del tiempo
(la del centro
del tiempo)
para coserme una falda:
con colores indisolubles
como los del arco iris.

Me esbozo un sombrero a juego,
que me resguardará de la tramontana...
y de lo que venga.

El abrigo serán los puntos y seguidos
y las oportunidades:
excelsitud del pundonor.

Y recordaré
(hasta que se me olvide)
este abrazo en cascada
que nos regala una bienvenida breve:

" ¡Pasa a mi vida!"

Disculpa la barredura y los desamparos,
mi farfullar de loca perdida
y esta moda hecha de retales...

" El tiempo se volverá tiempo y olvidará "

Dame, tan sólo, unas cuantas lunas
y la caja se cerrará
para desacordarse y menguar:

La memoria se hará centro y ... olvidará.


(Mariapán 2010)



lunes, 15 de febrero de 2010

NO HE BUSCADO A NADIE


"No he buscado a nadie,
llevo días buscándome yo..."
(VETUSTA MORLA)


Nadie es aquí extraño
¡ahora me toca a mi!

Tengo guardadas en una caja
las manos con sus puñados de sal...
en los bolsillos
me quedo con los abrazos que queden por dar
¡ahora me toca a mi!

Me falta el coraje que tenéis los que nos sois niños
y renuncio a la inspiración
y,
con la mayor de las penas,
al arco iris.

No encuentro ira más que en mí:

Tras el carnaval,
no me quito el disfraz y avanzo.

Al fin y al cabo,
no he buscado a nadie...
llevaba días...
buscándome yo.

Y, como tú bien dices,
siempre se muere el mismo...

(Mariapán 2010)


jueves, 11 de febrero de 2010

Querida Muerte


Saltó como un resorte, su sombra bailaba por lo ancho de su prolongada vestimenta y ennegrecía el suelo, ondeando en éste claros y oscuros mientras el tiempo segundeaba.

Quedó quieto, esperaba supongo el movimiento leve de su adversario para acelerar su muerte, convirtiéndolo así, en otro ser inerte de aquel escenario hacinado.

Bajaban las gotas entonces por las morenas pieles de los espectadores, el polvoriento aire se renovaba de gloria y el olor a tarde sabía ¡a humo, a rojo, a fiesta!

Arriba, sobre todos los demás, los trozos de tela triste se perseguían intentando darse caza sin aparente logro. Ninguneaban las palomas con las palomas y varios transeúntes miraban hacia arriba desde fuera del murmullo.

Entonces, un ruido fino clavó al público, respondiendo éste con exagerados movimientos.
(Jtown)

martes, 9 de febrero de 2010

Alto

lámeme las manos,
absorbe la sal de mis poros y no bajes la vista,
disfruta de ello.
lámeme las manos,
pinta con tu fluido mis uñas,
abarca todo lo posible,
mírame,
en serio,
disfruta de ello.
lámeme las manos,
mueve tu cuello y derráma el pelo en mis rodillas,
mira,
disfrútalo.
No te vayas aún, tu saliva es caliente, mis manos cada vez mas frías,
no te prives,
disfrútalo.
(Jtown)

domingo, 7 de febrero de 2010

Palabras Menos

Como contabilizar los pasos
cuando se va tan cuesta abajo,
¡es tan rápido!

Tan pendiente por la pendiente
que asustan estas manos semiabiertas para la caída.
La atención que cuenta,
la visión demanda,
la ilusión se aferra.

Clavos ardiendo
quemando la piel,
aroma tendente a carne quemada.

Astucia y paciencia en estos momentos me harían falta,
arrogancia y provocación me sobran,
pero eso si...

-DE POCO VALEN-



(Jtown)

ELLOS SE MIRAN (HOMENAJE A NECIO HUTOPO)




miércoles, febrero 06, 2008
EL LA MIRA
Mario Stalin Rodríguez


I Él la mira, él duda un poco.

II Caminar por las calles de la Ciudad, de vez en cuando mirar de reojo a quienes caminan en dirección contraria. Esa es una costumbre vieja en él.Llegar hasta la columna chueca, virar un poco hacia la izquierda, mirar a la derecha, cruzar las calles a toda prisa intentando no ser atropellado por un automovilista imprudente, esos son reflejos en él.

III Él la mira, él suda un poco.

IV A lo lejos ella, Ella. Siempre un poco como desfasada del tiempo, siempre un poco como nebulosa. Camina hacia ella con pies como de plomo, con animo como de niño en camino a la escuela (si me perdonan el símil).A lo lejos ella; vira un poco hacia la izquierda y ella que ya no está.

V Él la mira, él de cura muy poco.

VI Mirarla siempre, con ojos como de lascivia, pero no precisamente de eso. Mirarla siempre, con ojos como de deseo, pero no precisamente sólo eso.Buscarla cuando ya no está, volver a encontrarla y no atreverse a hablarle, a decirle siquiera aun hola o algo un poco más atrevido que el saludo.

VII Él la mira, él la desea un mucho.

VIII Llegar hasta ella y saludarla con el saludo de siempre; fingir como siempre, después de todo sólo son amigos, solo son amigos, sobre todo solo, Solo.Fueron más, fueron complemento e historia. Fueron más, fueron camino y cotidianidad. Fueron más y hoy son sólo distancias; silencios.Despedirse cuando se van, desearla de nuevo con más fuerzas que antes, como el agua contenida que sale a presión cuando es liberada (si me perdonan el símil).

IX Él la mira irse y se suicida un poco más esta vez.


lunes, 11 de febrero de 2008
ELLA LO MIRA

Mariapahn

I Ella lo observa, la está mirando… o tal vez no.


II No controla caminar despacio; lo intenta pero su afán por llegar a las cosas o a los sitios la hace recontar sus pasos y aumentarlos. En series de uno y dos, sigue ritmos secretos que le marcan el corazón y los pies… Son sus conductas repetidas, las suyas que la acercan hacia lo que desea, hacia las columnas desdibujadas de la cuidad.


III Ella lo divisa, entretanto medio lo sueña.


IV De sus pasos, se queda con el ritmo más tedioso porque, a lo lejos, aparece y desaparece; virando hacia algún lado: él.

Siempre o casi siempre, el mismo que la hace avanzar o, a veces, pararse: ÉL


V Ella es tímida, de heroína no sabe disfrazarse.


VI Mantenerse al margen, oliendo su cabello limpio, sus hombros parejos y su cuello desierto.
Más cerca de su rostro, va esnifándose a ella misma por cada resquicio de cuerpo que le queda descubierto; todavía está en él y no puede más que exhalarse , sin tocar y sin hablar, embadurnada de aromas selectos a su boca.

VII Ella lo escucha, lo escucha, lo escucha…

VIII Quedarse más de un momento a su lado, a la par de sus dedos que le enlazan el pelo corto anillado, para bajar acariciando la espalda erecta de arriba a abajo. Antes miradas de frente y hoy, perdidos en abismos... se despierta del sueño, en el clic sonoro de sus dedos:

clic

Escucharlo decirle adiós como a las locas, adiós;

es casi irreconocible este paso descompasado que le ha regalado encima del asfalto:

adiós ungido de ausencia y de duelo.


IX Ella lo divisa ya lejos, mientras se le van cayendo los trozos de vida que le había prestado antes de ayer, cuando aún sabía que no se había muerto.



(Mario, regresa pronto...)