sábado, 12 de junio de 2010

SUBIR AL CIELO




Reconozco que subir al cielo es lo que tiene… que luego, después, cuando todo cesa…; hay que bajar, o re-bajar (¡me encanta jugar con las palabras! es un juego dulce…).

Ascender escalones, otear paisajes, mantener campiñas en la memoria y personas en el corazón; escalar árboles y arboledas, recortar veredas kilométricas y acariciar animales extraños… es lo que va dejando a su paso el ascenso, el camino largo hasta alcanzar la montaña más elevada.

Pero ha de acabar algún día, si no… la fatiga nos mataría, nos haría demasiado nómadas, “nómadas profundos” y yo… no soy eso (creo).

Por eso reconozco que lo que haces conmigo ha de detenerse por las tardes, cuando yo estoy cansada y Morfeo te espera, quieto e intacto, para regalarte un suspiro detrás de las orejas. Como cuando hacemos el amor y te recorro con palabras el cuello y las palmas de las manos, acabo a menudo, en una espiración… La pequeña muerte…

He de admitir que si todo lo que haces de mi no cesase momentáneamente, me matarías; ambos lo sabemos… demasiado amor, demasiado placer, demasiada verdad. Por eso, te embriagas de sueño y duermes; como ahora, que te miro. Y reconozco que elevarme allí donde costó llegar fue una ópera egipcia, un abismo tentador, una manera difícil de conocer ángeles, fácil de follar con demonios, de alumbrar a las luciérnagas y de arruinar el género. Y mereció la pena este olvido efímero que me donas por las tardes cuando duermes y te observo, porque me deja la paz de admirar mi ascenso, mi izamiento, la fuerza de mi feminidad y la sagacidad indomable… La pequeña vida.

Por eso, he de ser consciente de tu voluntad y tus ojos marrones enganchados a las pestañas y a mí… y me concedo la añorada calma, el perdón, la otra oportunidad que me debo. Y es necesario el descanso.

Y cuando despiertas y te recuperas, me vuelve de nuevo la memoria y ya no soy la amnésica putrefacta que dejó de buscar tus besos…; me sonríes y recompongo todas las paredes de nuestra casa, las barnizo en un pis pas y te regalo La Mota y su hechizo, por supuesto, sólo para ti.

Porque recuerdo que te quiero y que tras el descanso, anhelo con las entrañas (como sabes que sé quererte) que me regales amor del tuyo… del bueno.


(Mariapán 2010)



9 comentarios:

  1. Jopeeeee Mariquilla ¡que bonito! No voy a decir nada más para no estropearlo.

    Besicos muchos guapa.

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  2. Bueno, yo podría decir algunas cosas más... Pero mira que estoy ocupado aplaudiendo y no quiero desconcentrarme.

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  3. CASITA: ¿estropearlo?ummm,nunca lo harías ¡faltaría más niñamamá! Gracias, ya sabes...el amor jejeje. Más pa tí.

    MARIO: Ummm...aplaudiendo...ummm ¡qué bien! ¡gracias! y, bueno, si... sé que podrías decir muchas cosas e, incluso, mucho mejor que yo...jejeje Un beso mexicanito y gracias por el paseo.

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  4. Tú te quedas enganchada a las pestañas, con tus ojos multicolor, grandes y altos, desconocidos y ensoñados como las estrellas.
    Te quiero María.

    Orili.

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  5. Ori Li: Te quiero Gloria, te quiero Ori Li, te quiero niña.

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  6. Me gusta el cambio, aunque... lo veo gris, ¿no? jejejje. Gracias por seguir con éste rinconcito, ya que yo... yo no estoy.
    Volveré.

    J.

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  7. Si, sosi, gris... este blog es gris...jejeje...
    De nada, hijo, una que cuida las cosas mu bien y tiene mucha necesidad de fogá...jejeje.
    Vuelve cuando quieras o cuando puedas...

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  8. yo no puedo decir nada, me he quedado sin palabras. Me gustaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Te quiero, por regalarme esto y por regalarme todo lo que haces. Gracias

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  9. PAQUI: ¡Tuyo es lo mío! desde los cero años... y eso no tiene discusión que valga... Gracias a ti por compartirte, dejar que me comparta y estar siempre. Un beso (el cual te daré en breve).

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